Una de las cosas que más me gusta hacer en Pekín es ir al supermercado. Puede parecer absurdo pero no dejo de sorprenderme (quizá en un par de meses ya me haya cansado).
Lo cierto es que, aunque los supermercados estructuralmente se parecen bastante a los europeos (ahora que he descubierto algunos decentes), los productos que allí se pueden encontrar son muy dispares.
La sección de higiene está llena de marcas europeas (cuyos precios son muy superiores al que estos productos tienen en España) y después, hay multitud de marcas chinas (detergentes, suavizantes, lavavajillas, champús…) con olores súper frescas que me encantan y funcionan genial. También he encontrado muchas marcas de gel de aloe vera que ahora utilizo para hidratar mis piernas y ¡me encanta! Una cosa muy curiosa es que el papel higiénico no lleva un rollo en el centro, es decir todo el hueco es papel (no he hecho foto de esta parte pues está justo en el centro de uno de los pasillos más concurridos y quedaba un poco rarito)
En la sección de pequeños electrodomésticos de cocina el producto estrella es la arrocera. Un electrodoméstico que todas las familias chinas utilizan para preparar arroz y otros alimentos al vapor.
Después me adentro en una sección completamente nueva para mí: aperitivos al vacío. Se puede encontrar de todo: desde trozos de fruta deshidratada y bien empaquetada en su bolsa al vacío, hasta verduras o carne deshidratada en este y otros formatos.
Después la estupenda sección de golosinas, dulces y otros snacks. Hay desde pastelitos como los de Doraemon a caramelos picantes y mil y un sabores de gelatinas. Confieso que me cuesta salir de este pasillo cada vez que hago la compra.
La sección de charcutería no la termino de entender puesto que hay multitud de tipos de salchicha que no sé diferenciar y que no me he atrevido a probar puesto que me han dicho que la mayoría son muy picantes.
En la sección de congelados y comida precocinada casi todo se reduce a dumplings y otros tipos de Dim Sum (raviolis (jiaozi), Char Siu Bao o Har Gow, entre otros). Bien, lo confieso: soy incapaz de diferenciar más tipos pero estoy segura de que hay muchísimos más.
La sección de panadería también es muy amplia y variada y se suelen forman largas colas para recoger el pan caliente (aunque no crujiente pues aquí los panes son blanditos).
Después entramos en el lado más curioso y quizá que más puede chocar a los turistas. Carnicería y pescadería. Esta es la parte del supermercado con olores más fuertes y donde los productos se exhiben de una forma peculiar: el pescado suele estar en grandes peceras, vivo y tienes que valerte de una red para meterlo en una bolsa. Para coger marisco has de utilizar unas pinzas (pero siempre hay personal dispuesto a ayudarte). En la parte de carnicería puedes encontrar trozos grandes de carne para servirte por ti mismo o pedir consejo a los carniceros. Yo personalmente suelo recurrir a las bandejas ya preparadas y a productos congelados puesto que el olor me resulta un poco fuerte.
La sección de frutas y verduras es muy curiosa y está súper ordenada. Los alimentos reciben vapor para mantenerse frescos. Algunas frutas como la fruta del dragón o el durian me han llamado la atención porque son muy exóticas. La fruta del dragón es muy bonita (fucsia por dentro, es la variedad que se puede encontrar en Pekín) pero es bastante sosa y he descubierto que me da un poquito de alergia (como el kiwi) ya que es bastante parecida. El durian no me he atrevido a probarlo pues, si bien su constitución llena de pinchos es muy curiosa, su olor nauseabundo me frena de hacerlo.
La última sección que llama mi atención es la de arroces y legumbres. Se pueden encontrar grandes tanques con distintos tipos de arroz y algunas legumbres, así como algas y especias que se sirven con un cazo y se colocan directamente en una bolsa para después pesarla.
Lo mejor de todo es que para pagar esta compra se puede hacer de forma muy sencilla desde el móvil con Alipay o la aplicación wechat.